La economía mundial podría estar en transición desde un escenario de estagnación hacia uno de reflación, lo que plantea la siguiente pregunta: ¿qué debemos hacer?
¿Qué es la reflación y la estagnación?
En un escenario de estagnación, hay una disminución del crecimiento y un aumento de la inflación, por lo que se recomienda tener una postura defensiva y centrarse en acciones defensivas y efectivo. A diferencia de el periodo de reflación que se caracteriza por un bajo crecimiento y una inflación también baja. En este caso, se recomienda invertir en bonos en lugar de efectivo y una combinación de acciones de valor y de crecimiento en lugar de solo acciones de valor.
Los analistas de Wall Street nos quieren llevar hacia una economía en reflación, en la que se espera que estemos largos en renta fija y renta variable y cortos en dólares estadounidenses. Sin embargo, los datos de la actividad económica estadounidense, especialmente la resiliencia de su mercado laboral, están cuestionando la tesis de Wall Street. Esto se debe, en parte, a la publicación de los datos del PMI manufacturero chino, que han demostrado un importante aumento de la actividad económica.
Este nuevo escenario abre una nueva fuente de análisis. Si el crecimiento en el resto del mundo supera el crecimiento de la economía estadounidense, existe una mayor probabilidad de que el dólar caiga internacionalmente. Esto haría atractivas las inversiones en los mercados emergentes, tanto en renta variable como en renta fija y en sus monedas.
¿Y la inflación?
Sin embargo, todo esto nos lleva de vuelta al origen de todos los problemas: la inflación.
Mientras la inflación no disminuya, existe una menor probabilidad de que estemos entrando en un período de reflación y una mayor probabilidad de seguir en un período de estagnación. Por lo tanto, es importante monitorear cuidadosamente la inflación y ajustar nuestras estrategias de inversión en consecuencia.