Columna del 21 de abril, publicada en El Mercurio Inversiones.
Por Arturo Curtze, Analista Senior de Inversiones. Alfredo Cruz y Cía.
Si usted desea operar en el mercado cambiario chileno, es necesario que considere las claves que en la actualidad están definiendo los movimientos del tipo de cambio.
Uno de los datos más importantes que usamos el momento de proyectar su tendencia es medir la fortaleza del flujo que está haciendo mover el precio, información que encontramos en el mercado de derivados financieros que existe sobre la moneda local.
Lo conocemos como el mercado de forwards, información que nos la proporciona diariamente el Banco Central de Chile.
Si observamos la evolución de la posición, veremos que en septiembre del 2019 era de –US$27.367 millones. En contraste, el último dato publicado por el Central la cuantificaba en US$5.556 millones, lo que en la práctica nos dice que en el intervalo la posición había caído en US$32.923 millones.
Esto significa que los extranjeros han vendido y/o dejado de vencer el equivalente a ese monto, lo que explica la caída del tipo de cambio desde $880 hasta $770 recientemente.
Luego está el mercado especulativo que mueve al mercado de forwards, que en este caso es un mercado de futuros del cobre, por un lado, y por el otro el diferencial de tasas de interés entre Chile y la moneda del país con el que se hace el cruce, y que en la mayoría de los casos corresponde al dólar norteamericano, lo que conocemos como USDCLP.
Para finalizar, están las variables políticas y económicas internas y las de sus principales socios comerciales.
En cuanto a las variables locales, el resultado del plebiscito de salida del 4 de septiembre sería lo suficientemente importante como para explicar una variación de $50 en el tipo de cambio dependiendo del nivel del precio.
Por lo tanto, a la espera de este hito –incierto aún–, nos vamos a concentrar en las variables que no son tanto de dominio público, como la posición neta del mercado de derivados externo, el mercado de futuros del cobre, pero por sobre todo lo que está explicando la reciente recuperación del tipo de cambio.
La apreciación del peso chileno respecto del precio del dólar norteamericano desde $880 hasta $770 fue posible por dos motivos internos y uno externo.
Entre los motivos internos estuvo la nominación de Mario Marcel como ministro de Hacienda, el cable a tierra del gobierno del presidente Boric, y por otro lado, el diferencial de las tasas de interés entre Chile y Estados Unidos.
Al respecto, fuimos testigos de un notable movimiento del consejo del Banco Central al reconocer en sus inicio los riesgos del incipiente proceso inflacionario, cosa que nunca reconoció el FOMC y en particular su presidente Jerome Powell, que siempre subestimó la inflación al considerarla por un largo periodo como transitoria.
Si miramos en los últimos 12 meses el Banco Central Chile ha subido las tasas de interés de política monetaria en un seis puntos porcentuales, con una expectativa hasta ahora de un punto adicional y una inflación anualizada de un 9,8%.
La Fed, por su parte la ha subido en 0,25%, con una expectativa de alzas hasta su tasa de neutral, con una inflación 12 meses de un 8,4%.
Este diferencial entre tasas locales y la extranjera llego a cuantificarse en $50 para los puntos forwards por el plazo de 12 meses, que en simple significa que si yo compraba dólares a futuro, por ejemplo a $800, terminaba pagando al cabo de un año $850 por concepto de costo financiero.
Esto hizo que el mercado fuera vendedor de dólares y comprador de pesos hasta que se publicaron las últimas minutas de la Fed, las que reconocieron que la política monetaria está detrás de la curva de normalización monetaria, lo que obligaría al FOMC a actuar agresivamente.
En lo inmediato, las preguntas que el mercado intenta responder son dos: ¿cuál será el movimiento que hará el FOMC el próximo 3-4 de mayo? (si de 0,50% o 0,75%), y la segunda es: ¿cuál es la tasa de neutralidad de normalización monetaria? Acá, la discusión está dividida entre los “dovish”, o palomas de la Fed, que la ven en 2,5% y los “hawkish”, o halcones, que la ven en un 3,5%.
Luego, mientras mas agresiva sea la Reserva Federal en el corto plazo, mayor probabilidad de que veamos un tipo de cambio en el corto plazo entre $830 y $850.
Sin embargo, desde la perspectiva del análisis técnico cuantitativo y de la tendencia que potencialmente pueda formar el índice del dólar norteamericano DXY, es más probable verlo hacia fines de año más cercano a $700 que a $800.