Una de las críticas que se le ha hecho al proyecto de reforma a las pensiones que presentó el Gobierno es sobre el costo fiscal que ésta implica.
La propuesta legislativa contempla un gasto fiscal de US$ 3.500 millones en régimen y considera una gradualidad de 10 años. Desde la oposición han criticado que el mayor impacto no se daría en la actual administración, sino que en el próximo gobierno de turno.
Sin embargo, el coordinador de Modernización del Estado del Ministerio de Hacienda, Hermann von Gersdorff, defendió el gasto y señaló que el costo de la reforma previsional tiene un menor impacto para los próximos gobiernos en comparación con la reforma de pensiones de la administración de Michelle Bachelet en 2008, la que tuvo un mayor efecto para los siguientes mandatos.
“La mochila al gobierno siguiente”
“Uno de los temas que se han discutido bastante es que la reforma tira la mochila al gobierno siguiente”, señaló.
No obstante, advirtió que una reforma de seguridad social, como es la de pensiones, es de tal magnitud que ningún gobierno puede soportar la carga fiscal de golpe.
“Esta carga es normal de una reforma de pensiones, de las magnitudes que se hacen. Es una realidad completamente normal, no hay una mala intención de pasarle el bulto a la siguiente administración”, precisó.
De los US$ 3.500 millones que considera la propuesta legislativa del Gobierno, cerca de US$ 1.000 millones corresponden al aporte al sistema de pensiones solidarias; y el nuevo pilar que crea el proyecto, denominado Aporte a la Clase Media, tendrá un costo de alrededor de US$ 600 millones.