Comenzamos febrero con la propagación del virus COVID-19, que ya ha comenzando a tener consecuencias negativas sobre la economía China y además, se ha ido extendiendo a otros mercados.
El siguiente país afectado podría ser la economía alemana. Estimaciones indican que podría caer en recesión producto de una fuerte contracción de la actividad manufacturera, la que por cierto está ligada a la actividad en China.
Aunque se espera que China tenga este brote controlado para el mes de abril en China, las consecuencias económicas serian mayores que las generadas por el SARS en el año 2003, cuyo costo fue del orden de un 1% de crecimiento a chino para ese año.
La renta variable norteamericana y en general la global, tuvo un efecto negativo en el inicio de la propagación de la enfermedad.
En renta fija local seguimos recomendando mantenerse en fondos reajustables con duraciones no mayores a los 3 años.
En materia cambiaria, la caída del precio del cobre hará menos probable ver una caída en el corto plazo del tipo de cambio bajo $770.