La semana pasada, la OPEP sorprendió al anunciar un recorte de producción de petróleo de más de 1 millón de barriles por día, dejando atrás sus garantías previas de mantener un suministro estable y planteando un nuevo riesgo para la economía mundial.
El gráfico adjunto ilustra la correlación entre el precio del petróleo WTI y la inflación anualizada en Estados Unidos.
Al examinarlo detenidamente, podemos inferir que las fluctuaciones en el precio del petróleo suelen anticipar cambios en la inflación. Este recorte de 1 millón de barriles diarios, liderado por Arabia Saudita con 500.000 barriles diarios, podría poner en peligro la convergencia de la tasa de inflación anualizada estadounidense al rango esperado del 3.50% para finales de 2023.
Esto incrementa el riesgo de una recesión global, ya que una inflación persistente podría llevar a los bancos centrales a mantener políticas financieras restrictivas por más tiempo.
Proyección semanal
En esta semana más corta para la mayoría de los países occidentales, se pondrá a prueba la fortaleza de los mercados de renta variable, especialmente el sector tecnológico estadounidense.
Será importante observar si el precio del Petróleo WTI logra superar la barrera de corto plazo ubicada en US$80/barril y si el tipo de cambio USDCLP aumenta debido a un deterioro en los términos de intercambio por el alza en el precio del petróleo frente a la caída en el precio del cobre, o si, por el contrario, disminuye como resultado de la debilidad internacional del dólar estadounidense, que anticipa una recesión antes de 2024.
En cuanto a expectativas, recomendamos prestar atención a los movimientos en los precios de los distintos activos financieros, con el objetivo de determinar si el aumento en el precio del petróleo eleva o no la probabilidad de una recesión en la economía estadounidense y, por ende, en la economía mundial.